El calor disparó la demanda y consumo de hielo a tal nivel que en el mercado local las distribuidoras y comercializadoras reportan desabasto de ese producto empleado para enfriar las bebidas y atemperar los estragos de la temperatura extrema que se está padeciendo.
Distribuidores de hielo advirtieron que no se descarta la posibilidad de que en las tiendas de autoservicio, almacenes comerciales, demás establecimientos comercializadores e incluso en las mismas fábricas de ese producto se pueda aplicar el condicionamiento o restricción de la venta de bolsas o barras por cliente, tal y como ocurrió justo hace un año.
Al hacer un recorrido por diversos negocios con venta de hielo, HIDROCÁLIDO constató que hay problemas para conseguir el producto debido a que el poco que se abastece a los establecimientos se termina en poco tiempo a causa de la sobredemanda que hay a causa del calor.
Las diferentes fábricas de hielo que operan en la Entidad y que cubren el mercado tanto en la ciudad como en los municipios del interior, se están viendo obligadas a incrementar su producción diaria e incluso a ampliar los horarios de distribución de las barras, cubos y de las bolsas de hielo picado y en escamas, a fin de tener lo mejor surtido posible la plaza.
“Se le está dando preferencia a los clientes habituales con lo que demandan habitualmente de producto y el excedente se está colocando en negocios que ven la posibilidad de tener ingresos adicionales aprovechando la demanda de hielo en sus diferentes presentaciones”, mencionaron empleados de las fábricas de hielo tras asegurar que no se están dando abasto en la distribución del hielo.
El aumento en la demanda del producto lo que provoca es que en las tiendas de conveniencia, en las farmacias y demás sitios comerciales con venta de hielo se registren problemas de desabasto, pues “los proveedores del hielo están tardando más en entregarnos los pedidos, que la gente en llevarse a casa las bolsas de los cubos de hielo que se utilizan para enfriar el agua y demás bebidas”.
El calor está provocando que la gente se abalance desde temprana hora del día a buscar surtirse de suficientes bolsas o de barras de hielo a fin de mitigar los efectos de la temperatura extrema que se sigue padeciendo durante gran parte del día, generándose con ello un desabasto que lleva a que en algunos establecimientos se dispare el precio de venta del producto refrescante.