México, 24 feb (EFE).- El director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) de México, Juan Carlos Anaya, aseguró en una entrevista concedida a Efe que el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) tiene «desventajas» para el sector frente a su predecesor, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994.
«El T-MEC exige condiciones que pueden tener problemas desde el punto de vista de aumentos de salarios, que es una ventaja comparativa, de los sindicatos y de las relaciones laborales. El otro es el tema ambiental. También lo establece y ahí hay que ser muy cuidadosos, porque si no cumplimos con los temas laborales y ambientales nos podemos meter a controversias de ‘dumping'», advirtió.
El ‘dumping’ es un concepto económico que se refiere a la venta de productos a precios por debajo de mercado, un problema que ya enfrentaron algunos productores mexicanos de tomate y azúcar en Estados Unidos para poder seguir vendiendo allí sin restricciones.
«Ya estos dos sectores han tenido que tener despachos en Estados Unidos para defenderse y poder seguir comercializando sin aranceles y con acuerdos comerciales», recordó el consultor, preocupado porque «en lugar de dilucidar estos temas de controversias en la Organización Mundial del Comercio (OMC), se tienen que dilucidar en tribunales americanos».
Frente a la amenaza de la estacionalidad, lo que supondría exportar productos al vecino del norte solo cuando este no los pueda producir, Anaya quitó hierro a las presiones norteamericanas, principalmente provenientes de Florida y Georgia.
«Es un tema que no le conviene al consumidor de Estados Unidos. Sería el mayor afectado, ya que actualmente los 12 meses del año come frutas y hortalizas mexicanas. Se han visto favorecidas las familias americanas con que México pueda abastecerlas todo el año», subrayó.
Sin embargo, en los temas comerciales, el experto no ve un cambio significativo entre ambos tratados y aseguró que tampoco era necesario, ya que desde su creación el TLCAN «ha beneficiado a ambos países» y ha convertido el sector agroalimentario mexicano en «ganador» con un aumento productivo del 82,4 % en 25 años, cuando antes de su entrada en vigor, en 1994, era una industria «perdedora».
«A los productores de Estados Unidos los ha beneficiado porque nos exportan muchas materias primas y productos pecuarios. Y a nosotros nos ha beneficiado porque mandamos nuestras frutas y hortalizas durante todo el año. Y ha beneficiado al consumidor de Estados Unidos», sostuvo.
México, según los datos del GCMA, es el noveno productor agropecuario a nivel mundial agropecuario y es el octavo exportador de estos productos en el mundo.
El sector cerró el 2019 con una producción en México de 282,5 millones de toneladas métricas, un resultado el 1,4 % mejor que el del año anterior, aunque el grupo consultor prevé una bajada del 2,5 % para el 2020.
«Nosotros lo que vemos es que la producción va a bajar 2,5 % contra 2019, derivado de que tuvimos algunos problemas de sequías, principalmente en el frijol y la caña de azúcar. Y en el caso del estado de Sinaloa hubo una falta de agua para las presas», precisó el especialista, aunque el valor de la producción, estimó, subirá un 4,9 %, hasta los 65.200 millones de dólares en 2020.
Anaya no se mostró muy preocupado por la afectación del coronavirus en el mercado agroalimentario mexicano, ya que el comercio con China «no es un porcentaje importante», pero reconoció que afectará al crecimiento de ese país y, por tanto, «a todo el mundo».
Precisamente, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) está tratando de potenciar la exportación al mercado chino y al de toda Asia, una buena intención pero con poco resultado, opinó el director del GCMA.
«Han desaparecido los instrumentos de ProMéxico, todos los programas de apoyo que tenía la secretaría para el fomento en ferias, en misiones comerciales… Ya no hay. Ahora lo tiene que hacer el sector privado. Creo que es un buen discurso, pero la realidad es que el sector agroalimentario está haciéndolo»
El especialista recordó que ya «hubo empresas mexicanas en Dubai sin apoyos del Gobierno» y pronóstico que otras van a tomar también ese camino, porque «el sector ya maduró en México y por eso es la octava potencia agroalimentaria de exportación al mundo».
Más allá de su relación con el mundo, la industria agroalimentaria mexicana enfrenta otros retos «como el nuevo etiquetado frontal, los temas del maíz nativo» y la eliminación de «todos los instrumentos que había para la comercialización de las cosechas que le daban certidumbre al productor, principalmente en lo que era el ingreso objetivo».
Además, asoma la posible legalización del cannabis, que está en discusión en el Senado y que ya apoyó el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega, unos apoyos que secundó Anaya.
«La realidad es que nuestros socios comerciales ya lo están haciendo. Y uno de nuestros socios (Estados Unidos) es el mayor consumidor. Creo que serviría para darle orden y mucho a lo que nos duele ahorita a los mexicanos, que es el tema de la inseguridad», argumentó.