Ya como Obispo, Monseñor Juan Espinoza Jiménez dio su primer mensaje a la Diócesis de Aguascalientes, con lo que finalizó la celebración de la toma de posesión episcopal, donde resaltó: “Tengo grandes retos y desafíos que urge atender y exigen una respuesta desde la fe. Consciente de mis limitaciones pero poniendo toda mi confianza en el Señor, hoy quiero empezar a caminar con ustedes para conocerles, comprenderles, amarles y seguirles; quiero aprender de ustedes y ayudarles a impulsar el camino ya recorrido. Sé que pastoralmente van avanzados en el proceso sinodal al que el Papa Francisco nos ha invitado y que en sus labores pastorales han asumido también los lineamientos del proyecto global de pastoral 2031-2033, compuesto por la Conferencia Episcopal de México. Desde estas perspectivas nos toca impulsar juntos una Iglesia sinodal, pueblo de Dios, misionera y evangelizadora que anuncie y construye la dignidad humana, comprometida con la paz, compasiva y testigo de la redención, y que comparte con los adolescentes y jóvenes la tarea de hacer un país lleno de esperanza y alegría”.
El nuevo Obispo señaló: “Jesús está en medio de nosotros junto a María y nos invita a caminar juntos escuchándolo, en esta sociedad donde vivimos y trabajamos y que hoy se ve asediada no sólo por la pandemia Covid-19 y sus grandes consecuencias, sino también por muchos otros males, el individualismo, la injusticia, el consumismo, la ambición, la falta de respeto a la vida, la indiferencia, la inseguridad, la desigualdad, la pobreza y la violencia desenfrenada, entre otros”.
Más adelante dijo: “Mi oración, reconocimiento, respeto y veneración a Monseñor José María de la Torre Martín y a los demás obispos que dignamente me han antecedido y que en su trabajo y entrega total hasta la muerte hicieron de esta Diócesis una comunidad eclesial organizada, madura, comprometida, sinodal, misionera y con un rostro marcadamente mariano. Ruego al Señor, dueño de la vida, los tenga ya gozando de su paz eterna y les permita seguir intercediendo por nosotros; esperemos que muy pronto tengamos en las alturas al venerable don Jesús López y González, tercer Obispo de esta Diócesis; por cierto, este báculo que me han entregado en esta celebración perteneció a él, espero que algo se me pegue. Sé que llego a una Diócesis muy valiosa y de gran tradición religiosa, con muchos recursos humanos, pastorales y espirituales, con un presbiterio abundante, preparado y generoso, con parroquias vivas y en pleno desarrollo pastoral, con sólido Seminario Diocesano, con muchos grupos, movimientos y comunidades comprometidas en la obra de la Iglesia y al servicio de los más necesitados”.
En su oportunidad dijo sentirse muy contento de iniciar su ministerio episcopal como octavo Obispo de esta preciosa Diócesis de Aguascalientes, que tiene como Patrona y protectora a Nuestra Señora de la Asunción, “veo mi presencia entre ustedes como una gran bendición del Padre celestial, quien en su infinita misericordia me envía a estas tierras de gente buena, a seguir los pasos de su hijo Jesús Buen Pastor alentado y sostenido por el Espíritu Santo y confirmado por el nombramiento que el Papa Francisco me ha hecho”.
Y agradeció de corazón a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles que se unieron en oración para preparar su llegada a estas bellas tierras hidrocálidas. De manera especial agradeció la presencia de los señores cardenales, sus eminencias Francisco Robles y Alberto Suárez Inda; de los secretarios de la Nunciatura Apostólica; de Monseñor Ramón Castro, secretario general de la CEE, así como a su familia. “Gracias a mis papás, hermanos y demás familiares que me acompañan, su cariño a mí me fortalece; gracias a los sacerdotes y fieles de mi querida Arquidiócesis de Morelia, que me han enseñado a caminar como Obispo y ahora me entregan con alegría para el servicio de esta Iglesia particular”.
ACM