México, 30 sep (EFE).- Aumenta la tensión entre las autoridades mexicanas y el fuerte movimiento feminista de la capital del país por la actuación policial en las manifestaciones de los últimos días por el aborto y la ocupación de una sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que lleva un mes tomada por madres de víctimas de feminicidios.
«No hay agresión sin respuesta, y eso les debe quedar claro», dijo este miércoles a Efe una de las participantes en la ocupación de la CNDH. «Si tocan a una, van a responder todas y si tenemos que dar el cuerpo lo voy a dar por mis hermanas, y si tengo que dar la vida la voy a dar también», añadió una de sus compañeras.
El pasado domingo, centenares de policías, en su gran mayoría mujeres, rodearon a un grupo de feministas durante la marcha a favor de la legalización del aborto en todo el país y se dieron enfrentamientos que terminaron en golpes e incluso muchas de las presentes aseguraron haber sido rociadas con gas lacrimógeno, algo que las autoridades negaron.
La jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, expresó este miércoles que las policías trataron de contener la marcha feminista para evitar que llegaran a la céntrica plaza del Zócalo porque ahí se encuentra un campamento del movimiento ultraconservador Frente Nacional Anti Andrés Manuel López Obrador (Frena) con el que podría haber conflictos.
Además, la alcaldesa mostró un video en el que las manifestantes llamaban «gata» (vulgar) a algunas de las policías, lo que calificó como «clasismo».
«Debemos terminar con la discriminación. Es el lenguaje machista en mujeres, el lenguaje patriarcal en mujeres, el clasismo, contra mujeres que decidieron en este caso dedicar su vida a la protección de otras mujeres. (…) ¿Eso es feminismo? ¿Eso es lo que reivindicamos?», expresó.
Sheinbaum, quien se declaró «feminista», también criticó el martes la ocupación de la CNDH e incluso aseguró que la toma estaba «financiada» por empresarios.
Es la misma postura que mantuvo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, del mismo partido que Sheinbaum, al advertir que el movimiento feminista tiene «infiltrados» elementos de la oposición que azuzan la violencia para desestabilizar al Gobierno.
SEGURAS DE SU CAMINO
Sin embargo, varias mujeres participantes en la ocupación dijeron a Efe que su lucha nada tiene que ver con eso.
«Del otro lado no lo van a entender. Si dicen que nos financian o esas cosas, que vean cómo vivimos, no tenemos lujos, no tenemos regaderas para bañarnos, pero seguimos resistiendo y brindando lo poquito que tenemos a las compañeras aquí refugiadas», expresó una de ellas.
En este sentido, también pidieron a López Obrador mayor empatía hacia el feminismo y responsabilidad con respecto a la información que proporciona a los mexicanos.
«Si López Obrador no tiene la capacidad de entender lo que sus mujeres mexicanas necesitan, que le pida a alguien que le de cursos, talleres o clases de género para que el señor presidente deje de hacer ese tipo de comentarios que en vez de ayudar lo perjudican más y nos pone más enojadas» añadió otra de las mujeres desde la CNDH.
Sin embargo, las participantes en la toma de la que era la sede la este organismo permanecen allí desde el pasado 4 de septiembre buscando, comentan, cumplir sus objetivos de crear un espacio seguro para mujeres donde las que hayan sufrido violencia puedan acudir y recibir apoyo.
También están impartiendo diversos talleres y recibiendo donaciones que ofrecen no solo a víctimas de violencia machista, sino también, aseguraron, a vecinos que están pasando por momentos complicados debido a la pandemia mundial de coronavirus.
«Esto no se nos ocurrió de la noche a la mañana, llevamos años queriendo espacio para hacer nuestras actividades y que no afecte tanto a nuestra economía. (…) Para nosotras es un regalo, es algo que nos merecemos y nos deben», consideraron.
Con todo, los acercamientos entre el movimiento feminista y las autoridades siguen siendo escasos, a pesar de la espiral de violencia en México, donde cada día 10 mujeres son asesinadas.