México, 24 jul (EFE).- Un tratamiento contra el VIH basado en solo dos fármacos ha demostrado ser tan efectivo como la combinación tradicional de tres medicamentos, lo cual incidirá en mejorar la calidad de vida y disminuirá el gasto que se realiza para el tratamiento de esta enfermedad, dijeron este miércoles expertos.
Durante la 10 Conferencia Mundial Científica sobre VIH (IAS 2019), una cumbre que concluyó este miércoles en la Ciudad de México y ha reunido a expertos de 160 países, se presentaron los resultados de dos estudios que mostraron, además, que bajo este nuevo paradigma los pacientes no desarrollaron resistencia al tratamiento.
El médico argentino Pedro Cahn, investigador principal de dicho estudio, aseguró que este tipo de hallazgos son trascendentales para los pacientes que viven con VIH ya que «si tienen que tomar medicamentos de por vida para controlar la enfermedad, disminuir el número de pastillas significa calidad de vida».
Así, el estudio llamado Gemini, demostró la eficacia del dolutegravir combinado con lamivudina en personas que empiezan el tratamiento por primera vez y aquellos que cambian de régimen después de que el virus fue suprimido por otros tratamientos.
En el análisis participaron 1.400 pacientes durante 96 semanas y se demostró que el régimen con ese par de fármacos tenía los mismos beneficios que aquellos que tomaron tres.
«Lo más importante es que además esto evita que haya demasiados efectos adversos, lo cual es lógico porque se tiene una droga menos», aseveró Cahn.
El segundo estudio llamado TANGO contó que 741 pacientes, la mitad tomó el esquema doble y la otra mitad el triple durante 24 semanas, y tuvo los mismos resultados.
«Logramos demostrar que esta terapia es segura, aunque seguiremos evaluando los medicamentos durante otras 148 semanas para garantizar que esta terapia funciona tal y como lo ha demostrado», manifestó Jean van Wyk, director médico global de dolutegravir en la farmacéutica ViiV Healthcare.
Hasta ahora, esta terapia solo se usa en guías de tratamiento en Estados Unidos y Europa como una alternativa para pacientes que no pueden tomar los fármacos tenofovir ni abacavir.
«Tras estos resultados, esperamos que haya un movimiento, porque esto no solo representa un beneficio para los pacientes sino también para los gobiernos que tendrían que gastar menos en medicamentos», indicó Cahn.
Durante el evento, se presentaron también datos prometedores sobre el MK8591, el primer fármaco de la nueva clase de tratamientos, que podría combinarse con otro fármaco, doravirina, y serviría como terapia dual para tratar el VIH.
Mientras que otro estudio se enfocó en reducir la cantidad de pastillas que debe tomar una persona con VIH.
En él se incluyó a más de 600 pacientes, donde la mitad tomaron tres medicamentos por cuatro días a la semana y la otra mitad lo hicieron diario.
Tras 48 semanas de prueba, se demostró que todos los pacientes habían logrado mantener el virus a niveles casi indetectables más de 12 meses, lo que da muestra que los medicamentos se pueden usar de forma innovadora.
Finalmente, se presentó también el estudio ADVANCE, donde se analizaron tres nuevas formas de tratamiento antirretroviral.
Los investigadores encontraron que los tres regímenes de tratamiento -que combinaban distintos fármacos- eran efectivos para el VIH «lo que da más opciones a los médicos y pacientes que quieren estar bajo control», aseguró Jean-Michel Molina, médico del departamento de enfermedades infecciosas de la Universidad de París.
Pese a todos estos avances presentados a lo largo del evento, Cahn, consideró que aunque la etapa en investigación que se vive actualmente en cuanto al VIH está en su mejor momento, será difícil que próximamente se tengan avances muy amplios al respecto.
«Tenemos nuevas drogas, ofrecemos menos comprimidos a los pacientes, existe un aumento en el intervalo entre una dosis y otra, tratamientos semanales, mensuales, terapias inyectables, implantes. Pero eso representa un reto en la investigación para seguir desarrollando e ir en búsqueda de más resultados», concluyó Cahn.