Al parecer el terrorismo ha llegado al país, pues sólo de esa manera puede explicarse el pavoroso atentado que sucedió en el Estado de Guanajuato, tan azotado por la violencia en los últimos tiempos.
El método para acabar con la vida de las víctimas fue un paquete bomba, de hecho, el explosivo estaba envuelto en una caja de regalo y estaba dirigido al dueño de un restaurante, quien festejaba su cumpleaños, pero al abrir lo que pensaba que era un presente sólo encontró la muerte, junto con uno de sus empleados.
Ahora dependerá de las autoridades explicar lo que pasó, si fue una agresión directa, un cobro de piso, una amenaza cumplida, en fin, alguien tiene que salir a dar la cara, pues esto es intolerable.
Fue impactante ver el video en el que yacen los cuerpos de los hombres que tuvieron la mala suerte de ser parte de una espiral de violencia que se ve indetenible y que afecta también a la población civil, pues en el ataque otros cuatro hombres recibieron graves heridas.
Y el Presidente, con sus eternos otros datos, pide no politizar el hecho, aunque reconoce que los integrantes de la delincuencia cada vez se atreven a más, y en esta zona del Bajío se han empezado a usar esos métodos por manos y mentes criminales para fomentar el terror entre la población, y vaya que lo están logrando, pero ni así promete acción, pues todavía está seguro de que la violencia se combate con abrazos, no balazos.
Aunque este tipo de acciones criminales no son nuevas en el país, también es cierto que no son frecuentes, afortunadamente, pues entonces sí que sería un país sin ley y así ni cómo ayudar a la población.
Pero no es necesario que estalle una bomba para sentir el grado de violencia que se vive a lo largo y ancho del país, basta ver hacia cualquier punto cardinal para conocer hechos delictivos que rayan en la barbarie, pues sólo así se explican las matanzas en las que ahora sí hay víctimas inocentes, pues en muchos de los casos hombres, mujeres y hasta niños que no tienen que ver nada en el asunto también han sido blanco de la violencia sin razón.
Aguascalientes no está exento de la violencia, pues el sábado lo reconoció el propio gobernador, quien literal dijo que está difícil controlar la inseguridad y que en cualquier momento se puede salir de cauce, lo que por supuesto no es un mensaje de tranquilidad para la población y, lamentablemente, sus fronteras colindan con Estados donde también viven una racha de sangre continua.
Pero llámese Aguascalientes, Zacatecas, Jalisco, Colima, Sinaloa, como guste, pero esto parece que ya nadie lo para, y lamentablemente en Guanajuato, tan cercano a nosotros, se está cumpliendo a cabalidad la letra de la canción del compositor José Alfredo Jiménez: la vida no vale nada.