Vaya voltereta la que dio ayer en la tarde el proceso de asignación de candidaturas en el Partido Acción Nacional.
Apenas la víspera el dirigente nacional del partido blanquiazul, Marko Cortés, decía que todo era amor y dulzura, vamos, que los dos precandidatos estaban de acuerdo en los tiempos y las formas para elegir a quien podría ocupar la gubernatura de Aguascalientes y ¡sorpresa!, que siempre no hay unidad.
Tanto Tere Jiménez como Toño Martín del Campo se adelantaron al resultado de las encuestas y cada uno, por separado, se dijo ganador; ambos políticos subieron videos a las redes donde anunciaban su triunfo, lo que de inmediato levantó las antenas en todos los ámbitos, pues ese no era el plan.
Se supone que en febrero se daría a conocer la ansiada nominación, pero dicen que “quien pega primero, pega dos veces”, y ambos rompieron el pacto dado a conocer un día antes, lo que obligó de inmediato a la secretaria general del PAN, Cecilia Patrón Laviada, a publicar un comunicado donde fijan su postura, y que ante la falta de acuerdos entre Tere y Toño, se llevará a cabo una consulta entre la propia militancia para que la Comisión Permanente del CEN del PAN determine en su momento quién será designado candidato o candidata al Gobierno del Estado de Aguascalientes.
Esto ya se antoja como una trama de desacuerdos y fementida unidad, y para acabarla, alguien filtró en las redes los resultados de las encuestas, pero si los precandidatos ahora sí cumplen los acuerdos, tendrán que esperar un poco más antes de proclamarse ganadores del proceso interno de selección.
Lo que debe quedar claro es que en estas altas esferas no hay nada fuera de lugar, aparentemente, porque las sorpresas podrían darse, como la de ayer, y en lo referente a la candidatura para el Gobierno del Estado se sigue en lo dicho la víspera: no hay nada para nadie.
Ya lo decía el eterno líder obrero, el finado Fidel Velázquez, “quien se mueve, no sale en la foto”, en alusión a que en el siglo pasado, cuando las cámaras fotográficas eran muy diferentes a las actuales, el que se movía salía sumamente borroso, en concreto no aparecía en la imagen; pero ahora parece ser lo contrario, pues quien no se mueve no sale ni en rifa, por eso es de suponer que la estrategia de Tere y Toño de declararse ganadores es para hacerse visibles y estar vigentes.
Y sí, aquí hay dos ganadores: el primero, los precandidatos, que están en el ojo del huracán, que tienen gran trayectoria política y que su audacia los puede colocar en una posición en donde realmente sean los favorecidos con la candidatura, y el segundo, quien realmente ya ganó: las casas encuestadoras, que son el negocio del momento.
Ahora para todo, hasta para gobernar, se hacen encuestas, pero a la gente eso no le convence, pues no pocas veces son a modo de quien las remunera, pues literal, “nadie paga para que le peguen”, como decía el ex-presidente José López Portillo.
El meollo del asunto es que en éste, el de las candidaturas, son los partidos los únicos responsables de presentar al mejor candidato, que cubra todas las expectativas y con amplia preparación, que realmente comulgue con su doctrina y sus principios políticos.
Pero ya lo hemos consignado: al final, la última palabra la tiene el electorado, el que con su voto elegirá y validará a quién quiere tener como gobernador, un alto cargo que en verdad le ha quedado muy grande a algunos personajes. Por ello se requiere, con encuestas o sin ellas, a un candidato que tenga lo necesario para ocupar tan alto honor: gobernar un Estado.