CIUDAD DE MÉXICO, (EL UNIVERSAL).- Aunque Latinoamérica la conoció por su tierno personaje de «Lupita» en «Rebelde» y más tarde por ser parte del éxito musical RBD, Maite Perroni ha decidido desde hace un par de años tomar un giro importante en su carrera al optar por papeles más controversiales y hasta polémicos.
Ese es el caso de su personaje de «Adriana Romero«, en la serie «El juego de las llaves», proyecto que confesó le ha hecho replantearse la idea que tenia acerca de las relaciones y el amor en la actualidad.
«Una cosa muy interesante de este proyecto es que no da una postura acerca de qué es lo que funciona en una relación, yo misma tras hacer esto he preguntado ¿qué es el amor? ¿cómo funciona? y ¿qué se necesita para tener una relación ‘exitosa’, no he llegado a la respuesta de estas preguntas pero está bien que se pongan estos temas sobre la mesa. Creo que el concepto que tenía sobre amor y las relaciones ha cambiado y seguirá cambiando«, detalló a EL UNIVERSAL.
En esta ficción que este miércoles estrenó su segunda temporada a través de Amazon Prime Video, Maite da vida a «Adriana Romero», una ama de casa profesionista y con una hija adolescente, quien tras sentir que lleva un matrimonio monótono con su novio de la prepa, deciden participar en «El juego de las llaves», actividad en la que se intercambian parejas, una especie de fiestas swingers y tras la cual se desatan más problemáticas que soluciones.
Este trabajo de Perroni se une a otro que vivió hace dos años con Netflix llamado «Oscuro deseo», ambos muestran una nueva faceta de Maite como actriz, ya que ambos personajes son controversiales y hasta polémicos, muy alejados de aquellos papeles angelicales con los que la gente la conoció.
«Desde que iniciamos la primera temporada, sabía que la gente se iba a sorprender del proyecto porque nunca me habían visto así en pantalla, es una imagen que la gente no tenía de mí. Incluso cuando me lo ofrecieron los productores pensaron que no lo aceptaría pero al final para mí era salir de esos personajes en los que estaba ubicada, eso iba a requerir quitarme miedos, inseguridades y hacer este trabajo que sí es más fuerte a lo que antes he hecho y me siento satisfecha de que el público me vea en esta otra faceta«, dijo.
Para esta segunda temporada, su personaje «Adriana» tendrá que enfrentarse a las consecuencias que en la primera entrega le trajo abrir la relación con su esposo, situación que dice no busca crear en el espectador esta idea de que las relaciones swingers terminan mal.
«Lo que le pasa a algunos de los personajes no tiene que ver con qué hayan jugado en El juego de las llaves, sino no ser honestos y sinceros unos con otros. Ya que como la misma serie para otros personajes, el participar en este juego, vino a darles un nuevo aire a su relación. Ese creo que es la moraleja, sea la manera en la que se desee vivir una relación, creo que siempre debe existir comunicación, todo tiene que ser de común acuerdo y llevarlo con honestidad, cosas que también se deben de hacer en una relación más tradicional«, comentó.