Entre los múltiples problemas que enfrenta Aguascalientes en casi todos los rubros, además de los ya consabidos retos en seguridad, economía y particularmente en el sector salud, brinca uno porque es un tema que aqueja a miles de familias en el Estado.
Particularmente nos referiremos a las enfermedades renales, que aquejan a muchas personas pues es de origen multifactorial, pero muchos de ellos son enfermos de enfermedades cronicodegenerativas como la diabetes y la hipertensión arterial y cuyas complicaciones afectan directamente al riñón.
Afortunadamente en estos tiempos hay varias terapias para ayudar al paciente a mejorar su calidad de vida, pero son procedimientos invasivos, costosos y dolorosos, pero que permiten que la persona pueda prolongar su vida, aunque con muchas restricciones.
Lo ideal es un tratamiento con varios especialistas y Aguascalientes cuenta con excelentes médicos en varias áreas como nefrología, endocrinólogos, internistas, diabetólogos y demás especialidades como nutriólogos especializados en enfermedades renales.
Cuando la enfermedad renal es detectada a tiempo se puede trabajar en ello, siempre y cuando el paciente colabore, porque no es magia, el tratamiento incluye, además de medicamentos, alimentación adecuada y manejada por especialistas y cuando el padecimiento causa estragos, vienen las diálisis y las hemodiálisis, que son altamente invasivos y peligrosos.
Pero aún así, cuando las cosas empeoran para el enfermo, y en algunos casos específicos, suponemos, todavía existe la posibilidad de un trasplante de riñón y es ahí cuando la cosa empeora.
Sólo en el Hospital Hidalgo se tiene registrada una lista de espera de 380 personas que esperan recibir un trasplante de riñón para mejorar su salud y, por lo tanto, su calidad de vida.
La buena noticia es que el riñón puede ser donado en vida, es decir, no se tiene que morir una persona para donar su órgano, pero la mala, es que casi nadie lo puede o quiere hacer. No sabemos si será por ignorancia, desconocimiento, miedo, pero son pocos los donadores de riñón para una interminable lista de espera.
Entonces ya no es sólo un problema sino dos, que está aumentando cada vez más el número de enfermos renales y por el otro lado hace faltan donantes; lo particular de este padecimiento es que ocurre en muchos casos por descuido y no atender las señales a tiempo, después por no comer lo adecuado y también por no seguir las indicaciones médicas.
Una vez más está comprobado que en muchos de los problemas la solución está, literalmente, al alcance de la mano, porque prevención, tratamientos y cuidados hay, riñones no.