Tucson (AZ), 1 oct (EFE News).- El muro fronterizo avanza a toda prisa en la frontera con México después de que el Gobierno del presidente Donald Trump haya obviado leyes medioambientales y puesto en peligro sitios sagrados para tribus indígenas, todo con tal de construir el mayor numero de millas antes de las elecciones presidenciales.
«El grado de destrucción masiva que estamos viendo en la frontera sin duda responde a este ridículo empuje del Gobierno federal por construir la mayor cantidad de millas de muro fronterizo antes de las elecciones», dijo a Efe Laiken Jordahl, especialista en el medioambiente de la frontera en el Centro para la Diversidad Biológica.
Para lograrlo, asegura, la Administración Trump ha pasado por encima de leyes que protegen el medio ambiente y violentado los derechos de los pueblos indígenas.
«Lo único que le importa al Gobierno federal es el número de millas que están construyendo, no les importa el medioambiente, no les importa la vida salvaje, creo que ni siquiera les importa la seguridad nacional, lo único que les importa es aumentar y aumentar la cuenta de millas construidas sin importar el daño que están causando», enfatizó Jordahl.
SE DUPLICAN LAS MILLAS DE MURO
De acuerdo a cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), hasta la fecha se han construido 341 millas de muro fronterizo, prácticamente más del doble desde el pasado mes de abril, cuando el Gobierno federal anunció que se habían llegado a las 150 millas construidas.
Y cada vez está más cerca la meta de la Administración Trump de construir 450 millas para fin de este año y poder presumir así de su logro en la que fue, sin duda, la propuesta estrella de la campaña de 2016, aunque en estas elecciones por ahora ha quedado relegada.
Para lograr su objetivo, varios de los proyectos en los que la Administración Trump se concentra actualmente se encuentran en la frontera que une a Arizona con México, región con una basta zona de tierras federales, a pesar de que muchas de ellas están protegidas por leyes medioambientales.
Esta semana, la «peor pesadilla» de muchos activistas, entre ellos Jordahl, se hizo realidad cuando la construcción del muro fronterizo llegó finalmente a la región donde se encuentra el manantial Quitobaquito, que durante siglos ha sido fuente de abasto para personas y animales que viven en esta región.
PROTESTAS INDÍGENAS
El manantial que se encuentra dentro del Monumento Nacional Organ Pipe también es considerado un sitio sagrado por varias tribus indígenas, entre ellas la Nación Indígena Tohono O’odham, que se reúnen allí para hacer sus ceremonias religiosas.
En las últimas semanas miembros de estos grupos indígenas se han presentado en la construcción para tratar de evitar que se levante el muro fronterizo, provocando enfrentamientos con agentes fronterizos.
Debido a ello, el Gobierno federal decidió cerrar los caminos que conducen al lugar, lo que ha molestado aún más a los defensores del medioambiente.
Hace algunas semanas, para construir el muro fronterizo se utilizó dinamita para abrir camino en la montaña de Guadalupe, donde se construye el muro fronterizo a un costo aproximado de 41 millones de dólares por milla, según reportó el periódico The Washington Post.
Aunque la construcción del muro en Texas va más lenta debido a que el Gobierno federal debe meterse en múltiples demandas en las cortes para expropiar los terrenos, la construcción avanza sin cesar.
LA CONSTRUCCIÓN AVANZA
CBP anunció este miércoles un nuevo contrato para construir 40 nuevas millas de muro fronterizo dentro en el condado texano de Webb, donde actualmente no existe ninguna barrera protectora, y se espera que la construcción comience en septiembre de 2021.
Vicky Gaubeca, directora de la Coalición de Comunidades Fronterizas del Suroeste (SBCC), calificó como «ridícula» la enorme cantidad de dinero que la Administración Trump está gastando para construir el muro fronterizo y así cumplir con la promesa de campaña que el mandatario republicano hizo en 2016.
La Administración Trump cuenta con un fondo de 15.000 millones de dólares, 5.000 de los cuales fueron aprobados por el Congreso y el restante fueron desviados de fondos militares.
«No sabemos cuáles son las prioridades de una administración que en vez de concentrarse en la pandemia que estamos viviendo se sigue concentrado en construir un muro, lo está llevando a cabo sin mostrar ninguna importancia a los efectos secundarios que tendrá este muro», lamentó Gaubeca.
Defensores del medio ambiente han denunciado que desde el pasado mes de marzo el nivel de agua ha descendido en un 30 % en el manantial de Quitobaquito.
Se estima que para por cada milla de muro fronterizo en la región se extraen 411.840 galones de agua para mezclar el concreto que se usa en las obras.
Pero la obra podría tener los días contados, pues el candidato demócrata a la Presidencia, Joe Biden, ha dicho que en caso de ser electo el 3 de noviembre pararía de inmediato la construcción del muro fronterizo cuando llegase a la Casa Blanca el 20 de enero de 2021.
Sin embargo, defensores del medioambiente temen que esto podría ser muy tarde ya para lugares como el manantial de Quitobaquito.