CIUDAD DE MÉXICO, enero 7 (EL UNIVERSAL).- Fanáticos del presidente Donald Trump marcharon este miércoles al Capitolio, irrumpieron violentamente, causaron destrucción y obligaron a suspender por unas horas la sesión donde debía certificarse la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales del 3 de noviembre.
En los actos de violencia murieron cuatro personas, hubo heridos y decenas de detenidos. Políticos exigen hoy que Trump sea destituido y Biden lo responsabilizó por lo que llamó «un ataque sin precedentes» a la democracia estadounidense.
Antes de marchar al Capitolio, los manifestantes escucharon a Trump al mediodía, frente al parque de la Elipse en lo que denominó «Save America Rally» (El Mitin para Salvar Estados Unidos). ¿Realmente atizó a la gente? Esto es parte de lo que dijo:
«Si ustedes no pelean endemoniadamente, no van a tener un país», afirmó. «Ustedes son las personas reales. Son las personas que construyeron a la nación. No son las personas que derribaron esta nación», continuó delante de miles de personas a las que había convocado días antes para lo que denominó una «manifestación salvaje».
«Ahora, depende del Congreso enfrentar este ataque atroz a nuestra democracia», añadió.
«Vamos a caminar al Capitolio, y vamos a ovacionar a nuestros valientes senadores y congresistas y mujeres. Y probablemente no vamos a ovacionar tanto a algunos de ellos, porque uno nunca se recupera el país con debilidad, hay que demostrar fortaleza y hay que ser fuertes». Entre ovaciones, continuó: «Vamos a tratar de dar a nuestros republicanos: los débiles, porque los fuertes no necesitan nuestra ayuda, vamos a tratar de darles el orgullo y la audacia que necesitan para recuperar nuestro país. Así que caminemos por Avenida Pennsylvania».
No paró allí.
«Nunca cederemos, nunca concederemos. Eso no va a pasar. No concedes cuando hay robo involucrado. Nuestro país ha tenido suficiente. No vamos a aceptarlo más, y de eso se trata todo esto. Para usar un término favorito que ustedes mismos idearon, detendremos el robo».
La gente, en respuesta, comenzó a corear: «¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!».
Luego del discurso de poco más de una hora, la gente se dirigió al Capitolio, donde algunos se enfrentaron a la policía y, tras romper el cerco, irrumpieron violentamente en el recinto.