Washington, 2 feb (EFE News).- El presidente Donald Trump defendió este domingo su decisión de vetar la entrada a EE.UU. a los extranjeros procedentes de China para evitar que se propague el coronavirus, mientras la Casa Blanca lamentaba que Pekín no haya aceptado hasta ahora la ayuda de Washington ante la crisis.
«Básicamente, hemos echado el cierre para que no entre desde China», afirmó Trump durante una entrevista emitida por la cadena Fox News poco antes del inicio de la SuperBowl, la 54ª final de la Liga Nacional de Fútbol Americano.
«Les hemos ofrecido una ayuda tremenda (a China), somos los mejores del mundo para eso. Pero no podemos tener a miles de personas entrando (al país) que podrían tener este problema, el coronavirus», añadió el mandatario.
Las declaraciones de Trump se emitieron poco antes de que entrara en vigor, a las 17.00 de este domingo (22.00 GMT), la prohibición temporal de entrada a Estados Unidos de los extranjeros que hayan visitado China en los últimos 14 días, una medida que el Gobierno estadounidense anunció el pasado viernes.
Además, se someterá a una cuarentena obligatoria de 14 días a los estadounidenses que hayan visitado la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, según el Departamento de Salud de EE.UU.
Los ciudadanos estadounidenses que hayan estado en el resto de China en las últimas dos semanas deberán superar chequeos médicos en los siete únicos aeropuertos del país que reciben aún vuelos desde el país asiático, y se exponen a hasta 14 días de cuarentena en su domicilio para asegurar que no han contraído el virus.
Estados Unidos no es el único país que ha impuesto severas restricciones de viaje a raíz del brote, calificado de emergencia internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Japón también ha vetado temporalmente la entrada al país de extranjeros que hayan estado recientemente en la provincia china de Hubei, y Corea del Sur anunció este domingo que implementará la misma prohibición a partir del próximo martes.
Hasta ahora, se han confirmado ocho casos de coronavirus en Estados Unidos, entre ellos uno en la costa este (Massachusetts), cuatro en la oeste (California y Washington), dos en Illinois y uno en Arizona.
Sin embargo, las autoridades aseguran tener bajo control a todos los infectados y han llamado a la calma a quienes temen que se replique la situación de China, donde el coronavirus se ha cobrado ya la vida de 305 personas y ha infectado a otras 14.380.
«No hay ninguna razón para que cunda el pánico entre los estadounidenses. Creemos que esto supone un riesgo bajo para Estados Unidos», dijo este domingo el asesor de seguridad nacional de Trump, Robert O’Brien, a la cadena de televisión CBS News.
O’Brien reconoció que Estados Unidos «no ha recibido todavía respuesta» de China a su oferta de «enviar a profesionales de salud pública de los CDC (Centros de Control y Prevención de Enfermedades)» y otras instituciones, y dijo que esa propuesta sigue en pie.
«Hasta ahora, los chinos han sido más transparentes que en otras crisis pasadas, y eso es algo que apreciamos», agregó el asesor.