Verificadores de Regulación Sanitaria realizaron el aseguramiento y posterior destrucción de una serie de recipientes con 80 litros de alcohol de dudosa procedencia que se utilizaban en puestos de la zona de la Feria para la comercialización de bebidas alcohólicas preparadas.
Se trata de tequila a granel de supuesta fabricación artesanal que se desconoce su origen y que no contaba con ningún tipo de etiqueta sobre el sitio o empresa elaboradora, por lo que ante la duda se procedió a evitar su uso y se envió al laboratorio para analizar su composición, cuyos resultados indicaron que se trataba de producto que cumplía con las características de tequila blanco artesanal.
De cualquier manera y debido a que los bidones que contenían el producto carecían de etiqueta de identificación para conocer sobre su procedencia y elaboración, se ordenó verter el contenido de los recipientes (alrededor de 80 litros) al drenaje, a fin de no comprometer la salud de los feriantes.
Se aseguró que tras esta detección de lo que puede ser también producto pirata, pues luego en los establecimientos suele manejarse que es tequila de marca, se continuará rastreando la presencia y uso de ese tipo de productos de dudosa procedencia para retirarlos de inmediato del mercado, ante el riesgo que conlleva el consumo de un producto que no se sabe en realidad qué es y la calidad que pudiera tener.
Sobre el operativo que llevó al primer aseguramiento de bebidas alcohólicas que se realiza en la zona de la Feria, la autoridad sanitaria explicó que como parte de las actividades habituales de verificación de la Dirección de Regulación Sanitaria en establecimientos dedicados a la venta de bebidas alcohólicas preparadas al público, se identificó en un negocio ubicado en las inmediaciones del perímetro ferial un lote de bidones que en su contenido presentaban un licor que tras un análisis se identificó que cumplía con las características de tequila blanco artesanal, pero que no contaba con ninguna etiqueta de identificación ni factura de su adquisición o procedencia.
Ante tal hecho, los verificadores realizaron el aseguramiento y la inmediata inmovilización de los recipientes, que en conjunto alcanzaron un total de 80 litros de licor, los cuales fueron retirados de manera inmediata del mercado y destruidos por representar un riesgo a la salud de los consumidores ante la falta de etiquetado, identificación y lugar de procedencia.
La localización del alcohol de procedencia desconocida obliga a mantener los operativos de supervisión y verificación de bebidas alcohólicas en establecimientos para garantizar que estos sean aptos para su consumo, estableció el ISSEA.