Viena, 24 sep (EFE).- Un grupo de científicos de Austria ha logrado demostrar que un cannabinoide puede mitigar síntomas del mal del Parkinson no motores, como trastornos perceptivos y otras disfunciones del sistema nervioso autónomo, lo que podría convertirse en un poderoso aliado contra esa enfermedad.
Se trata del «primer estudio aleatorio controlado que examina la eficacia y seguridad de un cannabinoide en el tratamiento de síntomas no motores en pacientes con la enfermedad de Parkinson», informó este jueves la Clínica Universitaria de Neurología de Innsbruck (Austria) en un comunicado.
El resultado de la investigación fue publicado en la revista especializada Annals of Neurology.
Normalmente se asocia el Parkinson a los temblores o a la rigidez muscular, pero lo cierto es que «muchos pacientes sufren síntomas no motores: tienen depresión, ansiedad, problemas para dormir. Son muy comunes», explica a Efe el neurólogo Klaus Seppi, uno de los autores del estudio.
«Tenemos muchas evidencias de que los síntomas motores son tratables, pero para los no motores apenas hay tratamientos», avisa el investigador, que recuerda, además, que estos pueden aparecer años antes de que se desarrollen problemas de movilidad.
NABILONA
El estudio se ha llevado a cabo utilizando un cannabinoide sintético, la nabilona, con propiedades farmacológicas similares al componente psicoactivo del cannabis.
«Decidimos usar nabilona porque la empresa que lo produce también suministra el placebo, pero también podríamos haber usado otros compuestos», matiza el científico, que aclara que fueron sus propios pacientes de Parkinson los que le inspiraron el estudio, pues le pedían que les recetara marihuana.
Según el comunicado, «el 95 % de los neurólogos del Centro de Excelencia de la Fundación Nacional para la Investigación del Parkinson que participaron en una encuesta online sobre el cannabis tenían pacientes que les pidieron prescripciones médicas de marihuana».
FUTUROS ENSAYOS
Los investigadores tienen la esperanza de que su trabajo pueda servir como base para futuros estudios, y que esto ayude a aprobar el cannabis como tratamiento para el Parkinson.
«El problema es que es muy difícil motivar a las empresas farmacéuticas para que lleven a cabo un ensayo», ya que la nabilona es muy fácil de producir y hay «mucha oferta», advierte Seppi.
El científico asegura que mantiene correspondencia con algunas empresas para preparar un ensayo más grande, ya que el que se ha publicado es «completamente académico, y realizar uno de fase III (de ensayos) únicamente con los medios de la Universidad sería imposible», asegura.