Moscú, 30 ago (EFE).- Del protocolo secreto del pacto Mólotov-Ribbentrop a libros de guerra de la biblioteca personal de Stalin, una exposición recorre en Moscú los inicios de la Segunda Guerra Mundial, en los que la Unión Soviética estuvo ausente.
«Tenemos muchos materiales interesantes sobre la crisis que precedió a la guerra, pero, sin duda, uno de los elementos centrales es el pacto de no agresión entre la URSS y Alemania y su protocolo secreto adjunto», dijo a Efe el comisario de la muestra, Valeri Artsibashev.
La muestra, titulada «1939. El comienzo de la II Guerra Mundial», reúne en la sala de las exposiciones del Archivo Federal cerca de 300 piezas -entre documentos, objetos de la época e imágenes de foto y vídeo- algunas de las cuales se exponen ante el gran público por primera vez.
Este es el caso del protocolo secreto sobre la delimitación de las esferas de influencia entre Moscú y Berlín en Europa Oriental que acompañó al pacto de no agresión, firmado en agosto de 1939 en la capital soviética, y cuya existencia la URSS negó durante décadas.
«Ambos documentos fueron firmados en el Kremlin, en la noche del 23 al 24 de agosto de 1939», recordó el comisario de la muestra.
Agregó asimismo que la exposición incluye «documentos muy interesantes» sobre las negociaciones trilaterales entre la URSS, el Reino Unido y Francia, a pocos meses de la conflagración mundial, y revela «los secretos de las conversaciones británico-alemanas» en Londres.
«Tenemos correspondencia diplomática, documentos de inteligencia y fotos que juntos ilustran muy bien lo que sucedía la víspera del conflicto», explicó.
La exposición del Archivo Federal ruso, organizada en colaboración con otros archivos y museos de Rusia, se centra en el período comprendido entre el 15 de marzo y el 23 de septiembre de 1939.
El primer documento en la muestra es la orden dada a la Wehrmacht (fuerzas armadas de la alemania nazi) para ocupar Checoslovaquia y el último, la transcripción de una conversación entre el ministro de Defensa de la URSS y el agregado militar francés en ese país sobre el fracaso de la formación de una coalición antihitleriana con participación de Moscú.
Este es, según el comisario de la muestra, el principal objetivo de la exposición en la que se ha podido ver a un público de diversas edades, entre jóvenes, adultos y familias con hijos.
«El propósito principal es intentar comprender las causas por las que la creación de la coalición falló, lo que llevó a las consecuencias que todos sabemos», explicó Artsibashev.
Con un semblante pensativo los visitantes de la exposición pasean por los tres pequeños recintos que ocupa la misma en la sede del Archivo Federal, deteniéndose unos minutos delante de cada documento y, en ocasiones, protagonizando acaloradas tertulias.
«Me gusta mucho la historia y tengo especial interés en esa época. Quería incluso dedicarme a eso, pero finalmente me matriculé en la Facultad de Medicina», dijo a Efe Anna, una estudiante de 18 años, mientras observaba una portada del diario «Pravda» de 1939.
A su vez, Alexéi, un economista retirado amante de la historia destacó el valor de la muestra actual que expone los originales de muchos documentos históricos.
«Eso sí, aquí no se viene a mirar y marcharse. Se necesita tiempo para leer los documentos, empaparse de historia», comentó, mientras observaba el protocolo secreto del pacto soviético-alemán.
Algunos, en cambio, parecían querer resolver unas dudas de menor trascendencia histórica.
«¿Por qué habrán echado a (el ministro de Exteriores soviético Maxim) Litvínov?» en 1939, inquiría una de las visitantes en espera de hallar la respuesta a su pregunta entre las misivas expuestas en el Archivo Federal.
«También tenemos libros bélicos de la biblioteca de Stalin que están llenas de anotaciones suyas. Los leía detenidamente y subrayaba las partes que más le interesaban», explica el comisario que también destaca la presencia entre las piezas expuestas de una pipa del dictador soviético y una de sus lupas.
Aunque gran parte de las piezas expuestas son de origen soviético, la muestra incluye también diversos objetos extranjeros, como elementos del uniforme alemán, entre hombreras, gorras de oficiales, cascos, espadines y otras armas usadas por las tropas de Hitler en la contienda.
La exposición «1939. El comienzo de la II Guerra Mundial» permanecerá abierta hasta el 10 de noviembre, dando la posibilidad a todos los interesados a acercarse a los enigmas de una de las páginas más polémicas de la historia reciente, aún poco conocida en este país.
Para los soviéticos, la conflagración mundial comenzó con casi dos años de retraso: la madrugada del 22 de junio de 1941, cuando los ejércitos alemanes lanzaron la invasión de la URSS pese al tratado de no agresión entre Hitler y Stalin.
Una encuesta publicada esta semana revela que la mayoría de los rusos (el 52 %) opina que la Segunda Guerra Mundial comenzó precisamente en 1941, cuando la Unión Soviética fue atacada por la Alemania nazi.
Por Anush Janbabian