CIUDAD DE MÉXICO (EL UNIVERSAL).- El 29 de diciembre del 2020, a unos días de que el «Piojismo» terminara en el América, fue presentado Santiago Solari como nuevo técnico de las Águilas. Y oficialmente comenzó el «Solarismo». Santiago Solari venía de un periodo largo de inactividad, después de haber dirigido al Real Madrid. El hispano -argentino llegó como interino al equipo merengue, pero al final no pudo con el paquete.
«El Solarismo»
Desde su llegada, Solari apuntó a las frases espectaculares para atrapar a los americanistas: «La patria futbolística», dijo. Aislado, sin mucho trato con los medios, y tampoco con la gente que trabajaba en Coapa, desde el inicio de su gestión pintó una línea de separación. Ellos, el América y nosotros, los que dirigimos al América.
Ante escándalos en el equipo, como el regreso de Renato Ibarra, prefiere callar y pasarle la responsabilidad a la directiva, que de paso, se esconde ante el brillo «solarista«. Desde el primer torneo que dirigió, el estilo que mostró convenció a la exigente afición azulcrema. El «Solarismo« significaba ganar con lo mínimo, sin apabullar al rival.
Cumplir y punto. Ante todo esto, el estratega ponía como escudo el resultado, por encima del espectáculo. Clausura 2021, América le sigue de cerca los pasos a Cruz Azul, pero queda segundo en la tabla. En la Liguilla, las Águilas explotarán, se asegura: todo fue mentira, en cuartos de final no logran eliminar al Pachuca, por el gol de visitante y son eliminados.
El segundo fracaso
Viene el Apertura 2021. Solari asegura que ahora sí, América ganará, golpeará y gustará. Sólo cumplió una. Los americanistas ven con fascinación que son primer lugar de la tabla, que imponen récord de puntos en un año de competencia. Pero en la cancha no se convence a nadie.
En la final de la Liga de Campeones de la Concacaf, son derrotados por el Monterrey. En la Liguilla vuelven a caer, ahora ante los Pumas, y no hay el pretexto del gol de visitante. El reglamento había sido cambiado.
El adiós
Para el Clausura 2022, Santiago Solari y la directiva prometen: «ahora sí, vamos por el título». Pero las cosas no inician bien. La directiva falla a la hora de traer refuerzos. Busca en Sudamérica, todos se los niegan y acaba trayendo jugadores de la Liga local, más un español por recomendación de Álvaro Fidalgo. Inicia el torneo y las cosas no marchan. En lugar de autocrítica, la directiva hace una larga carta de protesta contra los árbitros. De poco vale.
Solari se ve a disgusto. En la Jornada 1 pierde las formas y se hace expulsar. No se gana en el Azteca. Jugadores expulsados, lesionados, y además se habla de disputas internas por el control del club. Un desastre. Minuto 90 del partido entre América y Querétaro, Luis Fuentes le comete un penalti a un jugador de Gallos. Ángel Sepúlveda a otra y empata el juego de último minuto.
Solari sale y no asegura que dirigirá el fin de semana. Pasan las horas y el argentino no llega ni a medio día como técnico del equipo. Un año, un mes y días fue lo que duró el «Solarismo» en el América. Un sueño que duró más de lo deseado para muchos. La realidad es que el paso del técnico de larga cabellera, solo dejó un récord de puntos y ya. América vive, una de sus peores crisis de su historia.