¿Pero qué necesidad? ¿Para qué tanto problema?, parafraseando una de las famosas canciones del inolvidable Juan Gabriel, es lo que la gente se pregunta: ¿por qué el ataque a la Universidad Nacional Autónoma de México?
El problema no es la crítica o el ataque, sino quién los hace, y es nada más y nada menos que el Presidente de la República, quien con sus declaraciones un día sí y otro también abre un nuevo frente de batalla.
Andrés Manuel López Obrador, también egresado de la UNAM, volvió a criticar ayer, por segundo día consecutivo, a su Alma Mater, y para acabar pronto arrasó con todas las instituciones de educación superior de todo el país al afirmar que han sido sometidas al pensamiento neoliberal y que se han ‘derechizado’ en los últimos años.
Y para colmo, hasta la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, también egresada de ahí, hizo fuertes críticas a la UNAM, entre ellas, sobre el sueldo de los maestros, algo que no es de su competencia, pero pues le hace el caldo gordo al Mandatario y en sí a todos los detractores de la Universidad.
Ahora fue la UNAM, y anteriormente ya ha sido medio mundo el que ha recibido las críticas del Presidente, vamos, hasta el Poder Judicial en su momento fue ferozmente atacado por el lado negativo del Mandatario.
Afortunadamente todos los sectores de la sociedad respingaron y defendieron a ultranza la Máxima Casa de Estudios que fue, es y será semillero de muchos de los mejores profesionistas del país, reconocidos a nivel nacional e internacional.
La Universidad Autónoma de México es de las mejor posicionadas en el ranking mundial dentro de las mejores instituciones de educación superior y no por nada son miles los estudiantes de todo el país los que anhelan engrosar sus filas, aunque en el camino y por falta de espacio muchos no lo logran, pero quienes sí, ya saben que es garantía de educación.
Por supuesto que la misma institución dio a conocer su postura y se vio obligada a lanzar un comunicado en el que defiende el compromiso y solidaridad históricos y que su obligación con la nación es incuestionable.
Hay que reconocer, también, que no todos los egresados, estudiantes, maestros y demás personal son dechados de virtudes, pues como en toda institución donde confluyen diferentes ideologías la UNAM ha tenido en su andar graves problemas de todo tipo, y uno de los que más se recuerda es la huelga que estalló a finales del siglo XX y que se prolongaría por 9 meses.
El conflicto estalló cuando el Consejo General de Huelga tomó las instalaciones en protesta por el aumento de las cuotas de inscripción y el paro concluyó cuando la que era entonces la Policía Federal Preventiva, violando la autonomía universitaria, rescató los campus.
La Universidad Autónoma de México vive el inesperado ataque del Presidente de la República, pero tiene su mejor defensa en los hombres y mujeres que han egresado de ella y que han puesto en alto el nombre de la institución.