México, 26 jul (EFE).- Dejar de criminalizar las drogas, promover una regulación legal y plantear políticas de salud basadas en los derechos humanos es fundamental para luchar contra la epidemia del VIH, dijo este viernes a Efe el médico francés Michel Kazatchkine, miembro de la Comisión Global de Políticas de Drogas.
«Si miramos en los últimos 40 años, podemos ver que la política de control de drogas no ha logrado su objetivo», explicó el especialista, quien participó esta semana en la 10 Conferencia Mundial Científica del VIH (IAS 2019), la cual reunió a especialistas de 160 países.
Kazatchkine, quien fue director ejecutivo del Fondo Mundial para la lucha contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria entre el 2007 y 2012, explicó que, de acuerdo con el más reciente informe de la comisión, la evidencia de la ineficacia de la política prohibitiva y represiva contra las drogas es abrumadora.
«La guerra contra las drogas fracasó en reducir el uso de drogas, pues llenó nuestras cárceles, costó millones de dólares de los contribuyentes, alimentó el crimen organizado y causó miles de muertes. Se necesita cambiar el enfoque», manifestó el experto quien ha dedicado más de 30 años en la lucha contra el sida.
Más allá de los problemas que conlleva la política represiva de drogas, el experto señaló que la aplicación de esta política tiene toda una serie de consecuencias negativas.
«La criminalización del uso de drogas, sin duda, ha empeorado la epidemia del VIH porque la gente sigue en la clandestinidad, sin información», lamentó.
Además, esto incide en que se sigan propagando enfermedades como la tuberculosis y la hepatitis.
La llamada «guerra contra las drogas», aseguró, ha impulsado el desarrollo de la violencia y la corrupción auspiciadas por el gobierno en muchas partes del mundo.
«México es uno de los más grandes ejemplos en la falla de esta guerra, porque los mayores problemas que existen en el país son la violencia, los homicidios y las personas desplazadas», recordó.
El inicio de la llamada «guerra contra el narcotráfico» en México se dio en el mandato de Felipe Calderón (2006-2012), cuando los militares salieron a las calles a realizar labores de seguridad pública.
Expertos y analistas consideran que ello detonó un alza de la violencia que todavía continúa imparable, pues el 2018 es considerado el más violento en la historia del país con 33.755 homicidios desde que en 1997 comenzaron a llevarse este tipo de estadísticas, según cifras oficiales.
Kazatchkine señaló que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrado, atiende la problemática con ambigüedad.
Ya que mientras por un lado habló sobre reformar la política antidrogas, por el otro implementó la figura de la Guardia Nacional.
«Esto es igual a la militarización del país, que fue un fracaso desde el gobierno de Felipe Calderón. Sabemos que esto solo traerá consecuencias negativas», manifestó.
A decir del experto, esto lleva a que exista represión «y con más represión hay más violencia, entre los mismos cárteles de la droga, en choques de estos con militares y hacia la población, queda siempre en el fuego cruzado».
Señaló que es necesario reformar la política antidrogas no solo en México sino en el mundo, ya que existe una epidemia emergente entre los usuarios de drogas inyectables.
«De hecho, 50 % de las nuevas infecciones por VIH que se dan anualmente a nivel mundial, es en este grupo de personas», dijo.
Además, aseveró, las políticas represivas inciden en los encarcelamientos masivos, que afectan particularmente en América Latina a las mujeres de estratos sociales bajos.
Y lo peor, sostuvo, es que estar encarcelado también es un grave problema de salud porque en las cárceles se dan un gran número de infecciones por las condiciones que se viven dentro.
Finalmente, señaló que es necesario cambiar la política prohibitiva, porque entonces es cuando florece el mercado ilegal.
Aunque, dijo, no es suficiente en descriminalizar, pues se debe avanzar progresivamente a una regulación de las drogas, empezando por el cannabis.
«No decimos que se legalicen, porque entonces cualquiera podría comprarlas. Sino que se legalice su regulación para socavar el poder del crimen organizado», señaló.
Ofrecer servicios de salud y tratamiento a los que los necesiten, incluyendo no sólo los tratamientos con metadona y buprenorfina, sino también dar programas de tratamiento asistido con heroína que han probado ser exitosos en muchos países europeos y en Canadá.
Y, dijo, los gobiernos deben invertir en actividades que puedan prevenir en primer lugar que las personas jóvenes consuman drogas.
Aseguró que se necesita eliminar los estigmas hacia las personas que toman drogas para uso personal. Pero sobre todo, abrir el debate y reformar la legislación.
«Estamos a tiempo de actuar», concluyó.