¡Por fin, los niños salieron de vacaciones!
Y es que aunque éste ha sido un año escolar atípico, obligado por las circunstancias de salud imperantes no sólo aquí sino a nivel mundial, el hecho de que los alumnos salgan de vacaciones da un respiro a sus atribulados padres.
La gran mayoría de los niños está inscrita en planteles públicos y honestamente la Secretaría de Educación Pública hace lo que puede con lo que tiene, y su método de enseñanza basado en el programa “Aprende en Casa” si bien no es lo eficiente que se requiere, es funcional para que los niños aprendan, a su paso, lo relacionado con las materias de la enseñanza básica.
Día y noche, sábados, domingos y días festivos, programas que se pueden ver por televisión, internet y escuchar en la radio, han sido los “maestros” durante este ciclo escolar, y si bien los niños no están asimilando los aprendizajes, como dicen algunos padres de familia, por lo menos se entretienen.
Aquí el verdadero problema para las familias es que si hay varios niños y sólo tienen un televisor, o una tablet o un celular, el reto es que todos los niños de la casa se instruyan, ya después viene lo bueno: mandar evidencias, que, en la mayoría de los casos es un suplicio para los ocupados padres de familia y que pueden pasar horas para cumplir con lo que exigen los planteles.
En colegios, en la mayoría de ellos, la rutina es diferente, pues dan clases virtuales en tiempo real, y los niños trabajan bajo la tutela de la maestra en turno e incluso tienen su hora de lunch y descanso breve entre materia y materia, lo que hace menos pesado el trabajo para los paterfamilias.
Mención aparte son los niños, que han demostrado resiliencia ante tan adversas circunstancias, que llegaron de un día para otro. Ellos son los verdaderos protagonistas de esta nueva forma de aprendizaje y no se les puede exigir más de lo que dan, pues bastante tienen con el confinamiento, que en teoría debería ser para todos los niños, para la protección de su salud, pero muchos de ellos andan en las calles, con las familias, exponiéndose a contagiarse del Covid-19, pero ese, ya es otro tema.
Es en situaciones como éstas que se valoran las rutinas de todos los días, vaya, hasta se extraña el tráfico, las multitudes afuera de las escuelas y todo lo que conlleva llevar una vida “normal”, pero con éstas más que merecidas vacaciones por los festejos navideños, de fin de año y hasta Día de Reyes, se romperá un poco la rutina para toda la familia, y seguramente se retornará a la escuela en enero con ánimos renovados y en las circunstancias que obligan, pues es lo que se puede y tiene que hacer por el momento.