Estocolmo, 10 dic (EFE).- Varios cientos de personas se concentraron este martes en una céntrica plaza de Estocolmo para mostrar su oposición a la decisión de galardonar con el Premio Nobel de Literatura al escritor austríaco, Peter Handke, conocido por su posiciones proserbias durante las guerras de los Balcanes.
En una noche de temperaturas bajo cero, se leían pancartas que decían «Negar el genocidio es la fase final del genocidio», «De quién te fías de Handke o de la Haya» en referencia al Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia.
Durante la protesta subieron al estrado supervivientes de la guerra de Bosnia y representantes de la fundación Madres de Srebrenica, entre ellas Munira Subasic.
Hace 25 años, dijo, «nuestros hijos fueron asesinados en Srebrenica con pistolas y cuchillos (…), hoy la Academia Sueca nos mata a nosotras, las madres, con plumas» estilográficas.
Subasic, quien señaló que los hijos de los asesinados en Srebrenica (1995) «no buscan venganza», consideró que la institución encargada de dar el Nobel de Literatura debería avergonzarse.
Handke, es autor de libros como «Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina o Justicia para Serbia» (1996), que sus críticos consideran un panfleto proserbio y algunos sostienen que llega a poner en cuestión el genocidio de Srebrenica.
Emir Suljacic, sobreviviente de aquella masacre, que plasmó en el libro «Postales desde la tumba», indicó que «habrá un lugar para la Real Academia en las páginas más negras de la historia» de Suecia y de Europa.
Horas antes, mientras Handke recibía el Nobel, en una ceremonia en la Sala de Conciertos de Estocolmo, una protesta simbólica se desarrolló a las puertas, donde dos mujeres llevaron una pancarta amarilla en que se decía: «Señor Handke, DISCÚLPESE con las víctimas de Srebrenica HOY»
Ambas pertenecían a la organización alemana Sociedad de los Pueblos Amenazados (STP) que, en un comunicado le pidió además que se distancie «públicamente del régimen criminal de Slobodan Milosevic», el presidente serbio muerto mientras era juzgado por crímenes de guerra y a cuyo entierro asistió Handke.
STP pidió además a la Academia Sueca y al Comité del Premio Nobel que guardasen en un minuto de silencio por las víctimas de Srebrenica para «tratar de preservar la integridad moral del premio y del comité».