CHILPANCINGO, Gro., noviembre 7 (EL UNIVERSAL).-
«¡Se lo dijimos! No queremos programas sociales, sino justicia, seguridad, que nuestra palabra sea escuchada, Andrés Manuel López Obrador simuló escuchar nuestras palabras», reclamaron los policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PC) de Chilapa e integrantes de Consejo Indígena y Popular del Estado de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-EZ), durante el sepelio de sus tres compañeros asesinados la tarde el sábado en la carretera federal Chilpancingo-Chilapa.
Al mediodía de este lunes, los cadáveres de los tres comunitarios fueron trasladados a la comunidad de Alcozacan, Chilapa, con resguardo de soldados del Ejército y la Guardia Nacional, así como policías estatales.
En la cancha del poblado colocaron los tres féretros y realizaron un mitin. Ahí serán velados y el martes sepultados.
Adán Linares Silverio, Moisés Cuapipisteco y Guillermo Hilario Morales fueron asesinados a balazos por un grupo armado en la salida de Chilapa. Los tres formaron parte del grupo que detuvo por unos minutos a López Obrador para pedirle que detuvieran a los líderes de la organización criminal «Los Ardillos». Le dieron nombres al presidente: los hermanos Celso y Bernardo Ortega Jiménez, este último diputado local por el PRD.
Adán Linares forma parte del Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación.
«¡Se lo dijimos! Los narco-paramilitares matan y desaparecen a nuestra gente. ¡Se lo dijimos! no queremos ser carne de cañón del crimen organizado que comanda Celso Ortega Jiménez y el diputado Bernardo Ortega Jiménez», reclamaron.
Agregaron: «la respuesta de Andrés Manuel fueron las mismas ideas sueltas, en las que apela a la historia sin comprensión de los procesos históricos, sin conectar las causas y consecuencias, mucho menos la utiliza para no cometer los errores del pasado».
Luego recriminaron que ninguna autoridad esté haciendo algo para detener los crímenes en su contra.
«El pasado 21 de octubre, Andrés Manuel López Obrador simuló escuchar nuestras palabras; sin descender de su transporte, varios de nuestros hermanos y hermanas le dijimos que nos estaban matando, le dijimos quiénes, con nombres y apellidos, dónde y cómo. Pero tal como si nada hubiera sido dicho y estuviéramos condenados a repetir la misma historia, a llorar a nuestros muertos y nuestros desaparecidos», reclamaron.
En el velorio denunciaron que la organización criminal Los Ardillos cuenta con apoyo del alcalde de Chilapa, el priista Aldy Estaban Román, así como de su «operador político», el diputado local por el PRD, Bernardo Ortega, y policías de los municipios de Atlixtac y José Joaquín Herrera.
Contaron que han documentado que en la desaparición de cuatro de sus compañeros estuvieron implicados integrantes de policías de estos municipios.
«Estamos viviendo una guerra de exterminio donde partidos políticos, gobiernos, policías, grupos delincuenciales, están vinculados y si no hemos sido exterminados es por nuestra resistencia y organización», dijeron.