Las ventas de bienes y servicios a través del comercio electrónico se concentran en unas cuantas empresas, como Mercado Libre, Amazon y algunas chinas, que quitan mercado a las tiendas físicas, lo que genera una competencia cuya regulación aún no se define, pero que pretende se tenga una cancha pareja.
El valor de las ventas de productos por vía electrónica en el 2023 fue de 658 mil 300 millones de pesos, 24.6% mayor al 2022, lo que da cuenta del tamaño del mercado del comercio electrónico.
Sin embargo, «las ventas se concentran cada vez más en pocos vendedores, hay muchos vendedores que venden, pero si uno de alguna manera toma una radiografía de lo que se vende, se va a dar cuenta de que un 5% de vendedores explican el 90% de las ventas o incluso más», dijo el socio de Agon, Paolo Benedetti.
Entre ellas están Mercado Libre y Amazon, a las que se les suman plataformas asiáticas que son muy exitosas, por ejemplo, Temu logró hacerse del 10% del mercado, lo que no es fácil para muchos.
Sin embargo, los productos entran bajo regímenes de importación (como las franquicias libres de impuestos de 50 dólares) que no fueron hechas para el comercio electrónico, sino para importar muestras, hacer envíos a familiares, entre otros.
Las marcas ya se dieron cuenta de que hay un mercado demasiado grande y entraron al comercio electrónico y difícilmente saldrán, sin embargo, «los retailers (vendedores) tradicionales quisieran que el comercio electrónico no exista por la presión que les genera».
Además de que las grandes plataformas de comercio electrónico como Amazon pueden ofrecer mejores servicios.
Por ejemplo, Amazon va a poner un centro de distribución de 130 mil metros cuadrados en el Norte de México con todos los productos, completamente automatizado, frente a ello un vendedor chiquito no podrá competir, pensarlo es una ilusión.
«De lo que sí hay que preocuparse es que el mercado o la competencia entre los jugadores que el mercado tolere que no haya distorsiones artificiales a esa competencia, entre dos, tres o cuatro jugadores que uno tenga y que siempre estén dadas las condiciones para que entre ellos puedan competir», dijo.
Para el director general de mercados regulados en la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Juan Francisco Valerio Méndez, hay varios postulados o investigaciones «que son claros, al decir que, la regulación debe ser neutral al canal de ventas, un producto vendido por comercio físico debe estar sujeto a la misma regulación que el comercio electrónico».
Comentó que «las herramientas tradicionales siguen siendo efectivas para controlar el poder de mercado y conductas de empresas que empiecen a hacer colusiones; la política de competencia sí está muy preparada para observar y cuidar que las empresas no hagan uso del poder de mercado».
Añadió que el comercio físico se ve afectado en sus ventas por el avance del comercio electrónico, es «como una especie de sustitución asimétrica del físico al electrónico, donde no veo una interacción constante, es al revés, cosas que hoy estamos adquiriendo de manera electrónica no veo que estemos regresando a comprarlas físicamente».
Carlos Mena, presidente del Comité de Competencia Económica de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (ANADE), dijo que «el comercio minorista tiene diversos canales y el electrónico es uno de ellos».
Mena, quien fue el titular de la Autoridad Investigadora de la Cofece, añadió que «las plataformas de comercio electrónico, aunque están creciendo, todavía son pequeñas comparadas al mercado tradicional».
Por ello, «se debe cuidar lo que hacen las empresas del mercado tradicional para que las empresas de comercio electrónico no crezcan».
El vicecoordinador del Comité de Competencia Económica de ANADE, Juan Carlos Burgos Carbajal, agregó que el comercio electrónico y comercio presencial o físico son dos cosas separadas, sobre los cuales debe haber políticas públicas, aunque hay muchas jurisdicciones en torno a ellos.
Por ejemplo, si bien el comercio electrónico se refiere a compras vía plataformas, tiene que ver con privacidad de datos, porque se dan números de cuenta para hacer los pagos, datos de las personas y domicilio de estas.
Ante ello hay regulaciones que deben adaptarse a los nuevos tiempos, para enfocar las legislaciones y definir la manera en que se regulará.