Por las carreteras de nuestro país corren ríos de sangre, y no necesariamente por accidentes, sino por la violencia que se registra a lo ancho y largo del territorio nacional.
En los últimos diez días varias personas de Aguascalientes, entre ellas un padre de familia con sus cuatro hijos, fueron víctimas de la delincuencia desatada en territorio de Zacatecas, la que se creía contenida.
En este último caso dos jovencitos resultaron heridos de bala y fueron internados en un hospital de esta ciudad, y la familia pide ayuda en las redes, porque no tiene para sufragar los gastos hospitalarios.
Se ven lejanos esos tiempos donde por la cercanía a varios Estados vecinos como Guanajuato, Zacatecas, Jalisco y San Luis Potosí, las familias hidrocálidas salían a pasear los fines de semana, a comer en un bonito paraje, conocer tiendas comerciales, ir a espectáculos deportivos o artísticos, pero ahora, con el miedo de ser víctimas de la violencia, la gente mejor no sale de su entorno.
Ahora salir a Guanajuato, por poner un ejemplo, se corre el riesgo de ser víctima de robos, ejecuciones, levantamientos. Es un Estado que se ha salido de control en cuanto a la delincuencia, y sus autoridades no han podido hacer nada para contenerla, y es una lástima, porque es una entidad que lo tiene todo: gastronomía, tradición, arte y cultura, pero también mucha delincuencia.
Pero Aguascalientes no es la excepción, aquí también hay violencia en nuestras calles: asaltos, y lo último, regresaron los secuestros exprés, como el publicado hoy aquí en nuestra sección de Seguridad, donde un hombre fue privado de su libertad para quitarle su vehículo en una zona céntrica.
Pero no nada más en el centro del país, también en lejanos Estados, como Puebla, donde recientemente lincharon a una pareja que pasaba por sus carreteras y a la que acusaron de querer secuestrar a un niño; los mataron a golpes sin dejar que explicaran que sólo iban de paso.
No se diga en Oaxaca, donde ha sucedido infinidad de hechos de sangre que ponen a temblar a cualquiera.
Jalisco, donde parecen no poder contener a los malos, donde mucha gente tiene miedo de ir a regiones donde se respira el miedo por sus recientes enfrentamientos de sangre, como en la cercana La Chona, donde ha corrido la sangre en los últimos años y donde mucha gente inocente ha perdido la vida a mano de delincuentes.
Hace pocos meses un alto ejecutivo de una empresa automotriz fue víctima, junto a su esposa, de un intento de robo y al resistirse el hombre fue acribillado a balazos sin miramientos.
Esa es una realidad de nuestro país, donde transitar por sus carreteras es un verdadero riesgo.