Guadalajara (México), 5 ago (EFE).- Jóvenes detenidos ilegalmente durante las protestas de junio pasado por la muerte de Giovanni López en el estado mexicano de Jalisco, denunciaron este miércoles hostigamiento de las autoridades y anunciaron la creación de un colectivo para apoyar a otras víctimas.
Este colectivo agrupa a sobrevivientes de abusos policiales, desaparición forzada y tortura cometidos por las autoridades durante las protestas contra la muerte de López, quien falleció a manos de policías tras ser detenido por no usar cubrebocas.
«Algunos miembros del colectivo siguen siendo hostigados y han sido testigos de situaciones anómalas durante sus labores cotidianas, lo que compromete la seguridad de todas y todos, generando temor entre quienes han sufrido acoso persistente», señalaron.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y organizaciones pro derechos humanos documentaron entonces que decenas de policías vestidos de civil arrestaron a jóvenes en la calle, los golpearon y los subieron a camionetas para luego abandonarlos en la periferia de la ciudad.
Con cubrebocas y sin querer revelar más allá de su nombre de pila, los miembros del colectivo «#Somos 456» relataron el hostigamiento de los últimos días por personas no identificadas en camionetas similares a las que se usaron durante los operativos.
«Hemos estado observando camionetas del estilo igual al que nos subieron, personas con la vestimenta igual a las que nos subieron porque no tenían ningún sello, ningún logo y muchas personas nos comentan que son estrategias (de amedrentamiento) y no son hechos aislados», dijo Luis.
Muchos de los jóvenes presentaron denuncias ante la fiscalía y la CEDH y su caso sigue en investigación, algunos pidieron protección por parte de autoridades y han tenido que recibir terapia psicológica y psiquiátrica, aseguró Regina.
Afirmaron que buscan apoyar a las víctimas que no han denunciado los delitos y que prefirieron no revelar su identidad por miedo a represalias, pues muchos de ellos ni siquiera pretendían acudir a la manifestación.
«He conocido varias personas indirectamente que estuvieron ahí y que fueron violentadas sin siquiera pertenecer a la manifestación, no podemos presionar porque hay miedo todavía, estamos dispuestos a oírlos incluso manteniendo el anonimato porque entre más escuchamos víctimas más entendemos la complejidad de lo que pasó», dijo Luis.