CIUDAD DE MÉXICO, julio 13 (EL UNIVERSAL).- El video del tiroteo de la escuela de Uvalde, Texas, difundido el martes por algunos medios y que muestra a la policía esperando por más de una hora antes de irrumpir en el aula donde el hombre armado asesinó a 19 niños y dos profesoras desató una nueva ola de indignación y cuestionamientos al actuar policial.
El video, de las cámaras de vigilancia del lugar, fue obtenido por el periódico Austin American-Statesman y muestra a Salvador Ramos, el hombre de 18 años que desató el tiroteo, estrellando su camioneta afuera de la Escuela Primaria Robb y luego entrando al edificio a las 11:33 am portando un rifle semiautomático.
Mientras camina por un pasillo vacío, un niño lo ve desde una esquina y huye mientras el tirador abre fuego dentro de un aula. La cámara captura al asesino disparando decenas de balas desde la puerta antes de entrar. Sale brevemente y se ve dentro del rango de la cámara, reingresa al aula y luego no vuelve a aparecer.
Varios policías armados con pistolas se ven llegando al pasillo de la escuela en cuestión de tres minutos después de los primeros disparos. Se dirigen al pasillo donde está sucediendo el tiroteo pero retroceden cuando el joven armado abre fuego desde el aula. A lo largo de 70 minutos, llegan más oficiales, armados, sin que alguno entre al salón donde está el tirador.
¿Qué salió mal y por qué?
Steve McCraw, jefe de seguridad pública de Texas, describió la respuesta policial como un «fracaso rotundo».
Las evidencias hasta ahora revelan que hubo una enorme falta de comunicación entre los oficiales. El jefe policial, Steve Arredondo, nunca dio la orden de entrar. Primero se dijo que porque pensaba que era una situación de rehenes. Sin embargo, él afirmó que pensó que había sido relevado del mando al estar en la escuela y esperaba que el nuevo liderazgo emitiera órdenes.
Arredondo renunció ya a su puesto en el Concejo Municipal de Uvalde y se mantiene suspendido de sus funciones como policía mientras se realizan las investigaciones.
Dos policías pudieron haber abatido a Ramos, pero no lo hicieron. Ambos vieron al agresor armado antes de ingresar a la escuela. El primero dijo que no disparó porque temía herir a algún niño El segundo, que llevaba un rifle, pidió permiso a su supervisor para disparar, pero el supervisor, o no escuchó o respondió demasiado tarde, cuando el sospechoso ya estaba en la escuela.
—El equipo protector
Aunque en un principio se argumentó que la policía esperaba refuerzos y equipo protector, los videos difundidos hasta ahora revelan que sí iban protegidos y armados y que los refuerzos llegaron, pero aun así no ingresaron al aula donde se atrincheró el sospechoso. Se dijo, también, que Arredondo pensaba que la situación se había convertido en una de rehenes y buscaba evitar que matara más gente. Sin embargo, el agresor había asesinado ya a los 19 niños que estaban en el salón y dos maestras.
¿Con o sin seguro? La puerta que detuvo a los agentes
Según Arredondo, se intentó abrir la puerta del aula 111, por donde el atacante tuvo acceso a los estudiantes. Sin embargo, explicó que estaba cerrada con seguro y que eso impidió entrar a los agentes. Esa puerta conectaba con el salón 112, y fue en esas dos aulas donde se cometió la masacre.
Sin embargo, imágenes de video no han mostrado en ningún momento a los agentes intentando abrir esa puerta. Y de acuerdo con un reporte de la Texas State University, la puerta no podía estar cerrada con seguro porque la única forma de hacerlo era con una llave. Y el sospechoso entra y sale sin problemas, sin que se le vea en algún momento asegurar la puerta. «Creemos que el seguro del salón 111 nunca estuvo puesto», indica el reporte.
La investigación continúa, pero la difusión del nuevo video causó más enojo entre los padres de familia que desde un primer momento acusaron a la policía de no actuar para salvar a sus hijos, en lo que representa uno de los mayores fallos de la policía en la historia de Estados Unidos.