Representantes de los sectores productivos, dirigentes de partidos políticos y legisladores cuestionaron la “ilusa pretensión” del presidente Andrés Manuel López Obrador de adquirir en venta o renta un nuevo avión presidencial, cuando apenas meses atrás se remató muy por debajo de su costo real la nave que se adquirió al final del sexenio de Felipe Calderón, bajo el argumento de que no era necesaria.
Aunque algunos dirigentes políticos y legisladores federales argumentaron que la adquisición del avión sería para reforzar la flota aérea del Ejército y Armada de México, en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 que se presentó la semana anterior a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión se establece claramente que se requiere de la autorización de una partida presupuestal de poco más de 6,370 millones de pesos “para la adquisición de una Aeronave de Transporte Estratégico para uso Presidencial y del Estado Mayor”.
En la solicitud para la compra del nuevo avión presidencial, de manera específica se establece que se trata de un “avión y equipo con un costo estimado del flujo amortizado del valor actual del avión (637. 1mdp) y equipo ( 560,7 mdp)”.
En la propuesta se habla de la adquisición o también de la posible renta del aparato aéreo, pues en el documento enviado a los diputados federales se menciona que: “El horizonte del arrendamiento (15 años) considera pagos anuales promedio de 45 mdp en operación y mantenimiento, más pagos anuales de arrendamiento entre 4.6 mdp y 451.4 mdp”.
En el programa de inversión registrado con asignación de recursos federales también se tiene considerada la adquisición de una flota de aviones para transporte militar, así como la compra de 6 helicópteros para operaciones de alto impacto, a través de arrendamiento financiero, equipo que se destinará a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Sobre la solicitud de recursos para la compra de un avión para uso exclusivo del Presidente de la República, diputados federales y senadores y dirigentes de las diferentes fuerzas políticas tuvieron posiciones encontradas, aunque el común denominador fue que la propuesta resultaba inentendible y que la adquisición sonaba más a burla hacia el pueblo mexicano, cuando apenas el pasado mes de abril de este año se “remató a un precio muy por debajo de lo que se compró” la aeronave que fue a parar a Tayikistán.
“No sabemos si sea uno más de los distractores del presidente López Obrador, pero sin lugar a dudas el presupuesto que ahora está pidiendo para hacerse de una nueva aeronave para uso del Presidente de la República se trata de una burla para todos”, mencionaron dirigentes de organismos empresariales.