El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, presentó datos preocupantes para Aguascalientes, pues reveló que casi la mitad de su población está en situación vulnerable.
El 40 por ciento de la gente de Aguascalientes no tiene acceso a servicios como educación, seguridad social, alimentación, servicios públicos o vivienda y, para acabarla, sus ingresos no son suficientes.
Pero la cifra que de verdad preocupa y debe ocupar es que el 26 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza y no tiene acceso a ningún tipo de servicio.
Y para muestra un botón: en el centro de la ciudad, en la periferia y hasta afuera de la Central Camionera se ve a personas que duermen en las calles con una cobija y con lo que logran juntar de comida en el día.
Recordemos que, incluso, hace poco más de un año un indigente murió de hambre por los alrededores de la Central de Autobuses, pues se comprobó que el hombre no había probado bocado en varios días, y esto no puede pasar.
Y ni hablemos de servicios básicos, si no tienen para malcomer menos para tener un techo, servicios médicos, tan necesarios en tiempo de pandemia, vaya, muchas veces no tienen ni qué vestir.
Las edades de los desheredados es variada, aunque es más común que la gran mayoría son senectos que ya no pueden trabajar para conseguir lo indispensable, pero también hay hombres y mujeres en la etapa productiva que viven de la caridad pública.
¿Cuáles son las razones de que haya tantas personas en situación de vulnerabilidad o pobreza extrema? Suponemos que la falta de empleo, el abandono, las enfermedades, o tal vez otras que se desconocen pero que no hace falta conocerlas para ver la realidad que azota a nuestro Estado.
Lamentablemente no hay programas de Gobierno o privados que les puedan ofrecer casa, vestido y sustento, aunque también se ha comprobado que si lo hubiera, por ejemplo los albergues, la gente prefiere no ir porque ya está acostumbrada a vivir en las calles y no hay poder humano que la convenza de lo contrario.
Otro tipo de problema que enfrenta Aguascalientes es que el 40 por ciento de su población no es que viva en pobreza extrema, sino que no tiene los ingresos suficientes para lograr subsistir en mejores condiciones, y esto se debe no a la falta de empleo, sino de mejores ingresos, pues los que tienen no alcanzan para cubrir todos los satisfactores.
Esto se vino a agudizar tras la declaración de la pandemia por Covid: trabajos mal pagados, bajaron las percepciones y muchísimos de plano se quedaron sin empleo.
Preocupa la indiferencia, muchas veces preferimos pasar de largo para no ver escenas que incomodan el alma y la razón, pero es una verdad que existe y que ningún Gobierno, del partido que sea, ha podido resolver.