Miami, 3 dic (EFEUSA).- Diez años atrás «la droga y la prostitución» eran los dueños de Wynwood, pero los llamados «Wynwood Walls», las paredes en las que artistas callejeros de todo el mundo plasman su creatividad, lo convirtieron en el barrio de moda de Miami.
«Este barrio era muy mal venido, muy peligroso, en el que había mucha droga, prostitución. Y ahora basta darse una vuelta para saber lo distinto que es, lo atractivo y lo turístico», dice a Efe el artista chileno Dasic Fernández mientras termina una de las obras con las que se conmemora el décimo aniversario.
Desde la inauguración de Wynwood Walls, más de cien artistas urbanos han podido dejar su impronta en los cerca de 3.250 metros cuadrados de paredes de granito que dan color a la ciudad.
Pasado como mínimo un año, las obras son sustituidas por otras.
«All Fighters go to Heaven» (Todos los luchadores van al cielo), que será la segunda obra que Dasic Fernández pinta en este recinto, representa a un encapuchado y es una reflexión sobre las revueltas sociales en varios países de Latinoamérica, incluido el suyo.
UN BARRIO CAMBIANTE
El vecindario de Wynwood surgió durante los años veinte como una zona residencial para familias de clase media, pero después de la Segunda Guerra Mundial muchos se marcharon y la población se redujo.
Entonces se transformó en un distrito industrial que concentró a la gente más pobre de la ciudad y las tasas de criminalidad se dispararon.
Y así se mantuvo durante años, hasta que en 2009 el promotor inmobiliario Tony Goldman convirtió las paredes de varias naves industriales en el lienzo perfecto para jóvenes grafiteros.
Por aquel entonces la compañía del magnate inmobiliario ya había «revivido» barrios como el Soho de Nueva York, durante la década de los años setenta, la zona de Miami Beach durante los ochenta o el centro de la ciudad de Filadelfia en los noventa.
Tres años después, este visionario falleció, pero su hija Jessica Goldman tomó las riendas del negocio y mantiene vivo el legado familiar a través de Global Goldman Arts (GGA).
Actualmente las galerías de este recinto artístico al aire libre se han convertido en una de las atracciones turísticas más populares de Miami.
«Tenemos 3,5 millones de personas al año que vienen porque están interesados en el arte y en ver la perspectiva de otra gente. Al tener artistas globales que vienen aquí a pintar consigues una perspectiva global y eso tiene muchos efectos no solo en el vecindario sino en el mundo», señala a Efe Goldman.
Una treintena de artistas, muchos de ellos iberoamericanos, como el brasileño Avaf, el boricua Alexis Díaz, el chileno Inti, el argentino Santiago Rubino, el mexicano Neuzz o los españoles Pichi & Avo, pueden presumir de ser fijos en lo que constituye una de las colecciones privadas de murales más importantes de EE.UU.
Para esta ocasión especial en la nómina de artistas que presentarán sus obras están Kenny Scharf, Futura, FAILE y los latinos Ernesto Maranje, Michael Vasquez y Dasic Fernández.
Vásquez, que es originario de la región, afirma que el arte «ha sido el catalizador» que ha transformado Wynwood y «ha puesto en el ojo del público el arte urbano», señala.
El artista sonriente después de posar y de hacerse fotos con los visitantes frente a un gran mural en el que ha pintado a tres barberos de un pequeño local cercano, comenta que lo verdaderamente importante es que «estas obras pertenecen al vecindario».
Este aniversario coincide con el arranque de Art Basel, que se celebra del 5 al 8 de diciembre consolidada como la primera feria de arte de Estados Unidos.
Para su programación paralela a Art Basel, las dos galerías que forman parte de Wynwood Walls presentan una muestra de los artistas que han expuesto ya en este recinto con nuevas obras creadas especialmente para la ocasión y otra individual que celebra los 30 años de carrera de Shepard Fairey, que se dio a conocer al mundo en 2008 con el famoso retrato de Barack Obama con el mensaje «Hope».
El décimo aniversario se conmemora además con la publicación del libro «Walls of Change: The Story of the Wynwood Walls» (Muros de cambio: La historia de Wynwood Walls).
LA GENTRIFICACIÓN
Gracias a Wynwood Walls el barrio se ha transformado en un vibrante espacio ocupado por galerías, zonas de ocio y restaurantes, pero existe preocupación por un posible proceso de gentrificación.
El precio de las propiedades inmobiliarias se ha disparado. Como ejemplo, una vivienda unifamilar de tres habitaciones y cerca de 1.500 metros cuadrados vendió por 62.000 dólares en 2006 y ahora está a la venta por 4 millones de dólares, un 4.600 % más.
A escasos metros hay un terreno de 525 metros cuadrados disponible por siete millones de dólares, mientras que un apartamento a estrenar de dos dormitorios se vende (o se intenta) por 570.000 dólares.
Sin embargo, Jessica Goldman ve este proceso como algo positivo para el conjunto del barrio. «Si vieras cómo estaba el barrio hace diez años y cómo está ahora…, no puedo ni describir la mejora que se ha producido», concluye.