San Martín Chalchicuautla (México), 3 nov (EFE).- Desde hace 800 años, familias enteras en la región mexicana de la Huasteca celebran en vida a la muerte en el festival Xantolo, en el que lucen máscaras únicas mientras bailan el son tradicional.
«Viene de nuestros antepasados. Se trata de festejar lo que es la muerte y recordar principalmente a nuestros familiares que ya no están con nosotros y recibirlos cada año», cuenta a Efe Cristian Camargo, de 20 años, con un disfraz de la muerte.
En México, los primeros días de noviembre se reservan al festejo de los difuntos, pero en esta zona del oriente del país, las comparsas distinguen a Xantolo, que este año patrocina la empresa Iberdrola México para contribuir al desarrollo de la región, donde tiene una planta generadora de electricidad de ciclo combinado.
Xantolo es una mezcla de latín y náhuatl que significa «Día de Todos los Santos», una muestra de que la fiesta es la unión de dos culturas: el catolicismo español y las tradiciones indígenas, explica Julio García del Ángel, investigador y maestro artesano del pueblo de San Martín Chalchicuautla.
Lo esencial de esta tradición, destaca García, son las máscaras, piezas únicas y artesanales de madera de pemuche, un árbol de la zona, y piel de vaca, mapache, ardilla o tejón, que las familias usan para bailarle a la muerte y brindar ofrendas.
«De hecho, se pide permiso a los muertos para poder representarlos y uno presta su cuerpo para tomar esa ofrenda, que tus seres queridos tomen esa ofrenda por medio de tu cuerpo. Uno ofrece su cuerpo», comenta el especialista.
Las comparsas representan a una familia con personajes como el viejo, la muerte, el diablo y la comancha, quienes bailan sones huastecos para jugar, recordar y despedirse de los difuntos, añade García.
«Es estar alegre. Recordarlos con alegría, con gusto, porque nuestros seres queridos no nos espantan. O sea, esto se llama Día de Muertos, pero no es porque vengan a espantarnos, sino para estar con nosotros en esos momentos de espiritualidad», narra.
Además de estas danzas, los habitantes del pueblo salen a las calles para visitar las casas de los vecinos, y acuden a los panteones a llevar ofrendas y serenatas de música norteña a sus muertos.
El artesano lucha por mantener viva esta tradición sin que se pierda su esencia, una causa en la que coincide José Manuel Argüelles, gerente de la planta de ciclo combinado de Iberdrola México en Tamazunchale, estado de San Luis Potosí.
«Aquí, la convivencia entre los vivos y los muertos el Día de Muertos es una tradición muy profunda desde hace muchos años, donde Iberdrola hace un ‘scouting’ (exploración) y ve que esta es una de las fiestas más importantes del año en la región», apunta Argüelles.
En esta planta, que genera energía a través de gas y vapor, 96 % del personal es de la zona sur de la Huasteca, por lo que este tipo de proyectos estrechan los lazos de la empresa con la comunidad, expone el gerente.
Argüelles considera que una economía sólida va de la mano con una comunidad y una cultura fuertes.
«Para nosotros, continuar con las tradiciones de la región es fortalecer los lazos que se tienen con el pueblo», comenta el directivo.
El Xantolo es ahora un festival de Día de Muertos que cobra cada vez más popularidad y atrae a turistas nacionales y extranjeros del 28 de octubre al 3 de noviembre. E