El presidente Andrés Manuel López Obrador por fin volteó a ver los manifestantes que, convocados por el grupo FRENAA, han venido movilizándose en el país a bordo de sus automóviles en el último mes. Pero lo hizo para burlarse. Dijo, que eran muy pocos los manifestantes, que no eran pueblo y que además no eran originales pues estaban copiándole a VOX, el partido ultraderechista de España, que algo similar ha hecho.
Quienes integran FRENAA o que se oponen a AMLO y salen en sus coches los sábados a tocar el claxon para exigir la renuncia del presidente están en todo su derecho de manifestarse y de pedir lo que sea. Faltaría más. La Constitución nos otorga a los mexicanos ese derecho y seríamos unos tontos si no lo aprovecháramos.
Ahora, una cosa es tener el derecho y salir a manifestarse y otra muy distinta es que esa manifestación tenga un verdadero impacto.
Porque, ¿qué buscan quienes salen los sábados a las caravanas a marchar en sus vehículos? Pues que renuncie AMLO. ¿De verdad, ustedes creen que alguien tan obcecado, necio, al que le costó llegar al poder 18 años, va a renunciar nomás porque se lo pide un grupo de personas? Hay que empezar haciendo exigencias más viables.
EL controvertido y hábil político sonorense Manlio Fabio Beltrones dijo el sábado estar en contra del golpismo que busca quitar de la Presidencia a López Obrador, pero a favor de alianzas y estrategias electorales que permitan quitarle a MORENA y a sus aliados la mayoría en la Cámara de Diputados.
Ya lo dije una vez, y lo reitero hoy: si de verdad quieren debilitar a AMLO o cuando menos ponerle un freno, lo que tienen que hacer desde ahora, pero desde ahora porque ya se les está haciendo tarde, es trabajar con los partidos de oposición para evitar que MORENA revalide su mayoría en el Congreso en el 2021 y que arrase con la mayoría de las gubernaturas. Si de verdad se oponen a AMLO déjense de ridiculeces, acérquense a un partido de oposición, al que sea, PAN, Movimiento Ciudadano, México Libre, o hasta el PRI incluso, y presionen desde ahí para que todos se alíen, porque solos no podrán contra MORENA, y para que juntos postulen a los más competitivos candidatos. A los que puedan salir a la calle a ganar.
Y algo muy importante: sean incluyentes en su discurso. No sean clasistas. En otras palabras, no sean sangrones. No caigan en la trampa de la polarización. Cuando escucho a los que marchan los sábados decir con desdén: “es que nosotros somos los que movemos a México, nosotros le damos de comer a la gente”, me voy para atrás. Y es que lo dicen tan altanera y soberbiamente que caen mal. Esas frases calan. ¿Qué creen pensarán sus trabajadores y los obreros que se la parten todos los días cuando escuchan a alguien decir eso? Pues van a decir: al carajo con esos riquillos (aunque la mayoría ni ricos son) y pues arriba el “Peje”.
Insisto, no caigan en la trampa de la polarización y de la exclusión, de que los empresarios somos los fregones y los trabajadores no valen para nada. Incluyan a todos a su movimiento.